Hace 11 años | Por --211166-- a blogs.publico.es
Publicado hace 11 años por --211166-- a blogs.publico.es

Un día Idi Amin Dada, que era como el doctor Lecter pero sin civilizar, estaba de viaje por Alemania y le extrañó que no hubiera ninguna estatua al mayor estadista alemán de todos los tiempos. Le preguntaron amablemente a quién se refería y Amin respondió: “Adolf Hitler, claro”. Muy amablemente también le devolvieron otra vez a su país, donde Amin, entre banquete y banquete, fantaseó un tiempo con levantar una estatua a Hitler en Kampala.

Comentarios

D

Buenísimo. Es uno de esos textos que, cuando los lees, te da rabia no haberlos escrito tú.