La Reforma educativa ha llevado a un auténtico contrasentido. La educación es una arma arrojadiza entre partidos como ETA o el catalanismo, mientras generaciones de jovenes están saliendo de los centros con unos niveles bajísimos. Mi cuñado abogado, cuando vió el nivel de los redactados de los estudiantes actuales comentó: "-Jajaja en el futuro los juicios serán una merienda de negros".
Se ha probado casi de todo, y los que se educaron en la represión, han visto que la generación de "subraya la palabra patata y comenta con tus compañeros" no ha aprendido mejor.
Podría decirse que ni la LOGSE, ni la LOCE, ni la LOE son leyes que se hagan a gusto de todos, pero tienen un denominador en común: han convertido la educación en un arma política arrojadiza olvidando que es una prioridad y un derecho fundamental. Pero desde el momento en que existe una política educativa, y esta se malversa, a partir de ahí ya de manos de los políticos, que ven a los alumnos desde las estadísticas, podemos esperar cualquier cosa.
Pero luego está la labor del maestro: independiente de qué ley esté vigente en cada momento, es de cajón que los alumnos tienen que aprender a leer, a escribir y matemáticas básicas (eso es lo que se viene llamando áreas instrumentales y permiten seguir aprendiendo. Si esto no se adquiere en los primeros años, percance académico) y la enseñanza de esto no lo quita ni Dios, ni Aznar, ni Zapatero, ni el Rey, así que los docentes tendrán que asumir que algo pasa en las aulas cuando luego se ve lo que se ve: analfabetismo en su pura en el siglo XXI en un país del primer mundo.
Tampoco pueden librarse del deber de educar, las familias, porque una buena educación no pagar un colegio caro o saturar a los alumnos con actividades extraescolares que no tienen más función que la de alargar la jornada escolar mientras los padres terminan de trabajar.
Y como no, "la comunidad educativa" que somos TODOS, que tenemos que garantizar que la educación de los miembros más jóvenes de la sociedad tengan una educación de calidad, y esto se nos olvida, porque bastante tenemos como las hipotecas o con el quiero y no puedo tener una hipoteca... pero nuestros hijos estudiando en barracones, o permitiendo que nuestros funcionarios y políticos hagan la vista gorda con las irregularidades y fraudes del sistema de escolarización, o actuando con desidia mientras nuestros gobernantes abren conciertos para financiar centros privados con el dinero de nuestros impuestos en lugar de exigir la financiación y mejora de la educación pública.
Hace unos días se miraba el sistema educativo finés como el mejor del mundo, y no dudo que sea así, pero ese sistema aquí no se sostendría, porque falta invertir dinero en educación, falta confianza en la labor docente, falta conciencia social y falta respeto por la educación en sí misma y por los docentes.
Cuando un docente tiene que dar clase en un aula mediocre (en muchas ocasiones en barracones), continuamente criticado por la sociedad por las vacaciones y el sueldo que tiene, echándose en cara todos los días a 25 alumnos que le faltan al respeto y a familias que no cooperan en la educación de sus hijos, si no que se dedican desautorizan al profesor y delegan la educación de sus hijos en las instituciones y que además su formación contínua dependa de su interés, voluntad y tiempo libre... pues se le tachará de facha o de progre según el insultante.
Comentarios
Bueno, yo por una no voto "spam", pero estoy de acuerdo en un 80 por ciento...
Que me llamen facha...
Se ha probado casi de todo, y los que se educaron en la represión, han visto que la generación de "subraya la palabra patata y comenta con tus compañeros" no ha aprendido mejor.
Podría decirse que ni la LOGSE, ni la LOCE, ni la LOE son leyes que se hagan a gusto de todos, pero tienen un denominador en común: han convertido la educación en un arma política arrojadiza olvidando que es una prioridad y un derecho fundamental. Pero desde el momento en que existe una política educativa, y esta se malversa, a partir de ahí ya de manos de los políticos, que ven a los alumnos desde las estadísticas, podemos esperar cualquier cosa.
Pero luego está la labor del maestro: independiente de qué ley esté vigente en cada momento, es de cajón que los alumnos tienen que aprender a leer, a escribir y matemáticas básicas (eso es lo que se viene llamando áreas instrumentales y permiten seguir aprendiendo. Si esto no se adquiere en los primeros años, percance académico) y la enseñanza de esto no lo quita ni Dios, ni Aznar, ni Zapatero, ni el Rey, así que los docentes tendrán que asumir que algo pasa en las aulas cuando luego se ve lo que se ve: analfabetismo en su pura en el siglo XXI en un país del primer mundo.
Tampoco pueden librarse del deber de educar, las familias, porque una buena educación no pagar un colegio caro o saturar a los alumnos con actividades extraescolares que no tienen más función que la de alargar la jornada escolar mientras los padres terminan de trabajar.
Y como no, "la comunidad educativa" que somos TODOS, que tenemos que garantizar que la educación de los miembros más jóvenes de la sociedad tengan una educación de calidad, y esto se nos olvida, porque bastante tenemos como las hipotecas o con el quiero y no puedo tener una hipoteca... pero nuestros hijos estudiando en barracones, o permitiendo que nuestros funcionarios y políticos hagan la vista gorda con las irregularidades y fraudes del sistema de escolarización, o actuando con desidia mientras nuestros gobernantes abren conciertos para financiar centros privados con el dinero de nuestros impuestos en lugar de exigir la financiación y mejora de la educación pública.
Hace unos días se miraba el sistema educativo finés como el mejor del mundo, y no dudo que sea así, pero ese sistema aquí no se sostendría, porque falta invertir dinero en educación, falta confianza en la labor docente, falta conciencia social y falta respeto por la educación en sí misma y por los docentes.
Cuando un docente tiene que dar clase en un aula mediocre (en muchas ocasiones en barracones), continuamente criticado por la sociedad por las vacaciones y el sueldo que tiene, echándose en cara todos los días a 25 alumnos que le faltan al respeto y a familias que no cooperan en la educación de sus hijos, si no que se dedican desautorizan al profesor y delegan la educación de sus hijos en las instituciones y que además su formación contínua dependa de su interés, voluntad y tiempo libre... pues se le tachará de facha o de progre según el insultante.