Un grupo de voluntarios y profesionales con experiencia de trabajo con menores en entornos de exclusión social nos propusimos, ante la inexistencia de experiencias de mediación en el ámbito penal de menores, diseñar un programa específico para tal fin. Después de tres años, lo que empezó como una posibilidad, como un sueño, es hoy en día un procedimiento de resolución de conflictos y una alternativa al tradicional proceso penal.