En el París ocupado por los nazis en los últimos días de la II GM, no era extraña la desaparición de personas de la noche a la mañana. Los judíos estaban perseguidos, los miembros de la resistencia francesa debían esconderse… muchos eran los motivos por los que las personas se esfumaban y a nadie le extrañaba tanta desaparición, por lo que, la mayoría, no fueron denunciadas ante las autoridades. Tras la tragedia de la II GM se escondía la escalofriante historia de Marcel Petiot. El respetado médico era en realidad un asesino en serie...
Comentarios
Siempre sospeché de estos gabachos...