Al término del Sicarm quedó patente la diferencia abismal del conocimiento sobre el medio digital que tienen las nuevas remesas de periodistas sobre los que ahora mandan en las ediciones regionales. ¿El resultado? Los alumnos se quejan de que les venden milongas y sacan los colores a unos ponentes que rozan el esperpento (alguno no conocía el hipertexto). Una auténtica conversación de besugos.