"Con sólo 3.200 ejemplares en el mundo, el comercio a gran escala denunciado no puede tomarse a la ligera”, remarca Schaedla. Los mercados y puestos de venta directa en el pueblo birmano de Mong La, desempeñaron un papel de pivote en la distribución a gran escala de pieles, huesos, patas, penes y dientes de felinos. El consumo que comenzó siendo motivado la “medicina popular” aumentó a instancias de la “prosperidad y de la nueva riqueza existente en Asia de personas que eligen esos productos como si fueran la nueva tendencia de la moda.
Comentarios
No se extinguirán los que hacen la moda...
#1 Ni los que la compran...
Cuando leí el titular creí que la noticia iba a ser que los felinos no soportan los Manolo Blanik y esas cosas...