Hace 13 años | Por Crissi_Mad a alandar.org
Publicado hace 13 años por Crissi_Mad a alandar.org

La JMJ es un acontecimiento de doble filo. Por un lado ayuda a jóvenes que sienten que sus procesos tienen un marco mucho más amplio, más eclesial y entusiasma a saberse con otros y más si son muchedumbre y gritan al unísono “¡goool!”. Es un joven turista que descubre una ganga de viaje, un gran botellón sin alcohol donde desplegar su necesidad de sentirse arropado y de regalarse una buena dosis de adrenalina en forma de avalancha, de histeria colectiva y de presencia juvenil multicultural.

Comentarios

Crissi_Mad

#3 Estamos de acuerdo en que la adscripción inicial a una religión es, sin duda, cultural y se transmite por la familia y el entorno.

Pero la interpretación de ese hecho creo que es un poco como preguntar qué fue antes si el huevo o la gallina. ¿Va un niño a misa porque le llevan sus padres y luego se siente integrado en el grupo que le da sentimiento de identidad? ¿O va para tener ese sentimiento de identidad de motu propio? No sé yo...

tesla79

#4 Claro, el sentimiento de identidad va primero pero me refiero a que éste es la base de la religión, que si de repente pierdes contacto con todos los que te rodean que pertenezcan a esa religión, tú también dejas de seguirla. Y es lo que parece pedir el artículo, que la gente se desvincule de esa colectividad.

tesla79

Pero si esa es la base de toda religión, sentirse arropado por un colectivo.

Crissi_Mad

#1 Bueno, yendo a la base, religión viene de re-ligar, volver a unir y, en este caso, volver a unir con Dios, no? Al menos eso debería ser, luego ya los sentimientos colectivos son otra cosa...

tesla79

#2 No creo que exista una sola persona en el mundo que pertenezca a una religión pero que en su entorno no conozca a nadie más de esa misma. No nos engañemos, la gente se suma a las religiones por sentirse integrados en un grupo. Los valores y creencias vienen después.