Por concepto un Modelo de Negocio es un plan, una estrategia, y como tal debe revisarse cada día. El concepto de modelo no tiene sentido si el de revisión y adaptación (al mercado en este caso).
Por otro lado lo de las leyes de la oferta y la demanda es falaz, mentira, falso, manipulación, ... hay muchos más elementos en juego, y más importantes: desde la estupidez de un político ... hasta el capricho de un rey.
#1 Puede parecer una obviedad, pero no lo es tanto:
Nos han dicho que juguemos con unas reglas, las de la oferta y la demanda, es decir, que si hay poca oferta y mucha demanda el precio sube y, si ocurre lo contrario, el precio baja. Pero hemos llegado al punto en que las grandes empresas y los grandes "gremios" no quieren usar esas reglas del juego que nos vendieron tan bonitas (el ejemplo más claro es que los bancos no quieren bajar los precios de las viviendas para sanear sus cuentas, prefieren tener inmovilizazdo material en sus balances).
La consecuencia de esto que, repito, no es tan obvio como parece, es la crisis en la que estamos sumidos, la acentuación de las desigualdades y el acaparamiento del poder político por parte de la economía.
Si en España se implantaran otros modelos de negocio (construnctoras que se dediquen, de lleno, al alquiler con derecho a compra, por seguir con el ejemplo inmobiliario) sería innecesaria esta afirmación, pero está claro que el capital ha conseguido tanto poder que es más fácil manejar a la población que a las empresas.
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Por concepto un Modelo de Negocio es un plan, una estrategia, y como tal debe revisarse cada día. El concepto de modelo no tiene sentido si el de revisión y adaptación (al mercado en este caso).
Por otro lado lo de las leyes de la oferta y la demanda es falaz, mentira, falso, manipulación, ... hay muchos más elementos en juego, y más importantes: desde la estupidez de un político ... hasta el capricho de un rey.
El caballo Blanco de Santiago es ... Blanco!
#1 Puede parecer una obviedad, pero no lo es tanto:
Nos han dicho que juguemos con unas reglas, las de la oferta y la demanda, es decir, que si hay poca oferta y mucha demanda el precio sube y, si ocurre lo contrario, el precio baja. Pero hemos llegado al punto en que las grandes empresas y los grandes "gremios" no quieren usar esas reglas del juego que nos vendieron tan bonitas (el ejemplo más claro es que los bancos no quieren bajar los precios de las viviendas para sanear sus cuentas, prefieren tener inmovilizazdo material en sus balances).
La consecuencia de esto que, repito, no es tan obvio como parece, es la crisis en la que estamos sumidos, la acentuación de las desigualdades y el acaparamiento del poder político por parte de la economía.
Si en España se implantaran otros modelos de negocio (construnctoras que se dediquen, de lleno, al alquiler con derecho a compra, por seguir con el ejemplo inmobiliario) sería innecesaria esta afirmación, pero está claro que el capital ha conseguido tanto poder que es más fácil manejar a la población que a las empresas.