La forma de la que estamos acostumbrados a hacer las cosas NO es la única. Ha llegado el momento de cuestionarlo todo y atrevernos a cambiar, de sacrificar las vacas sagradas de nuestra empresa. Con este artículo, el autor pretende abrirnos los ojos sobre como durante muchos años las empresas han seguido su inercia, y como podrían empezar a cambiar.
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Cuánta palabrería para decir solamente que una empresa tiene que adaptarse a las circunstancias.