El señor Cok es el dueño de una gigantesca fábrica de bombas. Buscando eficiencia y mayores ganancias, decide reemplazar a sus trabajadores por sofisticados robots. Estos contemplan impotentes el extraordinario trabajo de los trabajadores robóticos. Este corto detalla la violencia creada por un monstruo de sonrisa llena de melancolía cuyos actos no son desaprobados por el público; a nadie le importa, puesto que sus actos son justificados mediante el éxito que obtiene, éxito con el cual sueña el público.