Hace 11 años | Por --136875-- a sociedad.elpais.com
Publicado hace 11 años por --136875-- a sociedad.elpais.com

Cuando Moulaye Ndiaye se inclina, un latigazo de dolor sacude su abdomen. El senegalés todavía no controla los engranajes de su frágil anatomía. Y eso que encadena once meses conviviendo con los rabiosos envites de una agresión que le asomó a la muerte. Un desconocido le arrojó por un puente de seis metros de altura en Buñol (Valencia). La secuencia se produjo durante una madrugada de fiesta mayor ante 10.000 personas. Casi nadie vio nada. O eso dijeron. No hubo detenidos. Solo un testigo declaró a la Guardia Civil. La víctima busca ahora...