Tenía 10 años cuando una publicidad en la televisión me hizo ver (y desear tener) la muñeca más bella que había visto. Me propuse que mis padres se animaran a comprármela. En ese momento supe bien que para ello requeriría una estrategia bien planeada y de perfecta ejecución.El objetivo a lograr no parecía fácil. Debía aplicar una estrategia efectiva para su consecución. ¿Qué hice?
Esta es la historia de una niña que Investigó las finanzas de la casa, analicé la disposición emocional paterna a engreírme e incluso, visualicé a mi competidor más cercano: mi hermano, que moría por un avión a pilas espectacular que costaba menos que mi muñeca.
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Esta es la historia de una niña que Investigó las finanzas de la casa, analicé la disposición emocional paterna a engreírme e incluso, visualicé a mi competidor más cercano: mi hermano, que moría por un avión a pilas espectacular que costaba menos que mi muñeca.