Los 225 alumnos de educación infantil del colegio público Pare Catalá de Valencia han dejado de salir al patio como protesta por las deficiencias de ese espacio, una zona de arena blanca en la que cuando los niños juegan se levanta una nube de polvo que respiran continuamente, con sus consecuentes problemas.
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Después dejarán de ir al colegio porque no sirve de nada y los pondrán a trabajar por dos golosinas. Viva la competitividad, imitemos a China!