El golpe en el cuello fue fatídico y mortal. Tan violento, que el barboquejo, la cinta del casco que pasa por debajo del mentón y que aguanta una presión de unos 750 kilos, se rompió y la protección que cubría por completo su cabeza rodó unos 200 metros hasta posarse sobre la hierba del trazado de Sepang.
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