Tropecé, choqué con un chaval y se me calló mi cinco estrellas. Lo miré, era una de las narices mas grandes que había visto nunca. Hipnotizaba. Estaba todavía perplejo por lo voluptuoso de su rasgo facial, cuando oí una voz decir: “¡ Ahora se la pagas!”. El muchacho agacho la cabeza, lo cual dificultó mi análisis sobre su tocha...
Comentarios
@kazikes spam cansino