Otro año llega el verano y, como siempre, nos pilla con los deberes sin hacer. De pronto, aparece el dichoso solsticio y nos percatamos de lo atrás que quedaron aquellos propósitos que nos hicimos para el nuevo año. Porque no, no hemos ido al gimnasio tres veces a la semana como prometimos, ni hemos salido a correr ni a ir en bici los fines de semana, ni cumplido con aquel régimen milagroso que no fallaba nunca.
Comentarios
Pero si vienen tiempos difíciles... cuantas más reservas, mejor. Fuera lo frívolo y lo supérfluo jajja
Que nadie se acompleje... si llega la hambruna, al menos que nos coja con reservas calóricas en el cuerpo ¿no?