Iba en un autobús de Madrid a Asturias y en Benavente (Zamora) tuvieron que parar porque cada vez era más peligroso circular por la carretera. "Al conductor no le cogían el teléfono los responsables de la compañía, Alsa, le dejaron solo en aquella situación y le presionaron para que durmiéramos en el autobús". Él pagó de su bolsillo, "la empresa se desentendió", su hotel y el de otras personas "porque no llevaban dinero".
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Menos mal que en este mundo de gentuza todavía queda gente comprometida.