[…] Nuestra piel posee una temperatura más elevada que la del cubito de hielo y que debido a la sudoración (secreción de sudor), sobre nuestra piel existe una fina capa de agua y vapor de agua. Al entrar en contacto con el hielo, que procede de un congelador a una temperatura de -20 ºC y un clima muy seco, se produce un intercambio de calor desde nuestra piel hasta el cubito de hielo. Debido a este intercambio…
Comentarios
Muy interesante. Nunca me lo había planteado.
¿Quién no se ha visto tentado a lamer una farola helada para comprobarlo?
#1 ¡Eso, eso! ¿Quién?
#3 Dos tontos muy tontos, divertida a la par que didáctica. Qué gran película