Hace 11 años | Por Chera a yorokobu.es
Publicado hace 11 años por Chera a yorokobu.es

En los últimos 20 años el lifestyle anarquista ha pasado de los punks okupas a la cultura hípster, pero, según Thompson, quizá ni ellos mismos lo sepan. En su vuelta a lo local, lo artesano, las prendas de punto, las bicis y los jardines comunitarios reside una forma de anarquismo que, de acuerdo con el estadounidense, “se han escabullido de entre los dedos de los anarquistas hace más de una década, para convertirse ahora en el ethos que define a toda una generación urbana”.

Comentarios

oliver7

No soy hípster, ni soy punky, ni llevo tatuajes, ni peinados extravagantes, ni piercings ni nada por el estilo, de hecho a veces hasta visto con camisa o me pongo traje. Y sí, soy anarquista (o anarcosindicalista), para ello no es necesario ningún estereotipo ni llevo la A en mis camisetas. Sólo es necesario leer, documentarse lo suficiente para darte cuenta de que en realidad, antropológicamente y humanísticamente uno es anarquista.

Q_uiop

#1 No entiendo la querencia de la gente por los uniformes (hipster, gótico...) y que luego critiquen a quien va en traje porque es su buzo de trabajo.

Por cierto, acabo de descubrir a Ricardo Flores Magon y su grupo en el entorno histórico de la revolución mexicana. Muy interésate.