Desde el 11 de septiembre de 2001, los neoconservadores se esfuerzan por transformar Estados Unidos. Para ello se valen de la complacencia de los medios de prensa dominantes con vistas a obtener el consentimiento de la población. Pero, para lograr un efecto a largo plazo, este movimiento trata de ejercer su influencia sobre las universidades en las que se forman las futuras elites estadounidenses.