Stephen era un estudiante de medicina de 22 años que había consumido demasiadas drogas (cocaína, PCP, anfetaminas) que, una vez más, confirmó que la realidad supera a la ficción. Se despertó un día viendo los colores de una forma nueva: “era capaz de diferenciar docenas de marrones donde antes habría visto sólo marrón. Mis libros forrados de piel, que parecían similares antes, tenían ahora todos ellos matices completamente diferentes y diferenciables.”. Y no fue precisamente por la lectura de El Perfume, sino por la ingesta de anfetaminas.
Comentarios
Fijate si tenia los sentidos potenciados que veia dragones donde los demas no vemos nada!
Abuelo ¿has visto unos tripis que tenía encima de la mesilla?,no ¿y tu has visto el dragón que está en el pasillo?.