En la idea vaticana de martirio no caben los cristianos que dieron su vida por la justicia haciendo realidad una de las bienaventuranzas: "Bienaventurados los perseguidos por la justicia porque de ellos es el reino de los cielos". Es el caso de cientos de cristianos latinoamericanos: obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, líderes de comunidades de base... asesinados fría y calculadamente por los ejércitos, por los regímenes militares basados en la seguridad nacional, por los escuadrones de la muerte, incluso por gobiernos cristianos.