De hecho, fue más noticioso un gesto que las propias palabras del Jefe del Estado. Me refiero a la ovación de la mayoría de la cámara, que se prolongó durante varios minutos. Muy mal debe de andar la cosa cuando los diputados monárquicos tienen que esforzarse tanto ejerciendo de palmeros. Sin duda, el exceso de aplausos ha sido proporcional a la situación de debilidad que atraviesa la institución. Me preguntaban ayer por este hecho y declaré: Menos aplausos postizos y más exigencia de transparencia.
Comentarios
La campaña de imagen que se le está intentanco hacer al Rey es patética. Cuando ahí en las noticias que tanto los partidos políticos como los medios de comunicación y "las redes sociales" valoraban positivamente el mensaje de navidad del Rey casi me da un pasmo. No se de que redes sociales hablan, pero es cuando menos manipulación informativa. Por otro lado, toda la preocupación del rey es desvincularse de Urdangarin de manera obsesiva, tanto que resulta cansino, primero en el discurso de navidad, después en el parlamento y después quejándose de que los medios han centrado la información en esa parte del discurso.
Y para colmo sacan el sueldo del Rey sin dar los datos de los costes reales, ya que la inmensa mayoría de los costes van cargados a partidas repartidas entre varios ministerios.
#1 Si la mayoría de los españoles pensara como nosotros, otro gallo cantaría. Desgraciadamente, me parece que aún tenemos maonarquía para rato... largo.
ES, en cierto modo, "lo mismo" que hacen en Corea del Norte con el presidente eterno, el Amado Líder y el Camarada Brillante...