Al igual que el cerebro de un lector y el cerebro de un analfabeto presenta diferencias anatómicas, lo mismo sucede con el cerebro de un jugador de ajedrez y un no jugador de ajedrez; de hecho, se encuentran diferencias incluso en las regiones que se activan durante una partida de ajedrez entre un gran maestro y un simple aficionado.
Un experto en ajedrez, todo el día mirando un tablero, no puede tener el cerebro tan desarrollado como quien está todo el día viendo porno en Internet.
Comentarios
Un experto en ajedrez, todo el día mirando un tablero, no puede tener el cerebro tan desarrollado como quien está todo el día viendo porno en Internet.