Hace 12 años | Por --136875-- a eluniversal.com.mx
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Un campeonato se convirtió en el centro de unión de una aldea hondureña donde secuestran gallinas y comen agua con sal. Wilmer reconoce que piensa en goles y en trofeos pero también en maíz, en frijoles humeantes, en café recién hecho, en tortillas...donde los campeones intercambian sus premios por docenas de huevos, libras de maíz, polluelos para la cría, el campeonato de futbol, su algarabía, sus goles, representa algo más preciado que una legendaria copa Jules Rimet, más cierto que un triunfo en tiempo de derrotas: simple y llanamente....