Patrick Cockburn: La virtud de decir la verdad al poder

Uno de los aspectos más satisfactorios de ser periodista es descubrir que los poderosos son hipersensibles a cualquier revelación de sus actividades. El grado de veneno e histeria expresado por el gobierno estadounidense en sus ataques contra Julian Assange y Wikileaks refleja una aguda sensación de vulnerabilidad. Traduccion: http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/12/30/poner-al-alcance-de-todos-lo-que-solo-unos-cuantos-saben-la-importancia-de-wikileaks/

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No es que sean hipersensibles, es que no quieren que nadie sepa de sus 'chanchullos' la inmensa mayoría totalmente ilegales y totalmente incompatibles con la esencia misma de la democracia: las libertades de las que tanto presumen.
Todo es una farsa, y si algo ha hecho Wikileaks es confirmarnos que no hay ninguna diferencia entre sistemas políticos: todos son exactamente iguales, todos son instrumentos de manipulación, engaño, control y represión de la ciudadania. No hay más.