Desde que asistió al funeral de su dueña, Tommy, un pastor alemán de 12 años, acude al templo de una pequeña localidad meridional italiana cada vez que escucha las campanas o ve llegar el coche fúnebre. El perro pasa todos los días por la plaza central del pequeño pueblo, en donde se reúnen los ancianos, a la iglesia y se instala al lado del altar, con autorización del párroco. Tommy era un perro vagabundo que la dueña adoptó; ahora que quedó solo, todo el pueblo lo protege, lo alimenta y acaricia como emblema de fidelidad.
Comentarios
El cánido cree firmemente que resucitó al tercer día.
Hay un gato que hace lo mismo, pero en la tumba del amo Un gato desconsolado vuelve cada día a la tumba de su amo
Un gato desconsolado vuelve cada día a la tumba de...
noticias.terra.esComo el perro japonés de la estación:
http://www.refugioparquedelduque.com/site/index.php?option=com_content&view=article&id=74:la-pelicula-del-perro-mas-famoso-de-japon&catid=2:noticias&Itemid=20
y se instala al lado del altar, con autorización del párroco
Autorización? Lo que quiere es la bendición!
La pena es que posiblemente sea el único asistente con fe verdadera en algo
#3 Probablemente vaya allí porque fue el último lugar donde la vio. Por mucho que nos empeñemos, los animales no tienen sentimientos humanos
#7 ¿y por qué va a alli?, si el resto del pueblo le da comida y cobijo, por hambre no será.
Y el cura le niega la comunión...
Lagrimeo fácil marca Antena 3.
Si colocas todos los días comida de perro en el co*o de la Bernarda, ese perro querrá comerle el co*o después durante una temporadilla, pese a que la Bernarda cambie de burdel o de barrio.
Más ciencia, menos televisión.