La suerte quiso que esa noche durmiese en Arzúa, junto con cinco personas más, una peregrina de Ourense que recorre el Camino Francés acompañada de su perro. Fueron los ladridos del perro los que alertaron de que algo sucedía. «Si no llega a ser por el perro, ardería todo», afirma la hospitalera.
Comentarios
El heroe:
http://goo.gl/i40Rz
Luego hay cafres que los maltratan, cuanto animal anda suelto.