Publicado hace 12 años por villols a jacoboguinea.blogspot.com.es

Sólo existen dos maneras de escapar de un secuestro: pagar el rescate exigido o liberarse por la fuerza. La perversa paradoja del rescate al que nos enfrentamos es que, mucho me temo que en lugar de liberarnos, pasaremos de estar en la celda en la que ya nos encontramos a la más fría y sucia mazmorra del castillo europeo, amarrados con gruesas cadenas y con unas condiciones que complicarán más todavía nuestra ya de por sí complicada subsistencia.