Hace 12 años | Por --28842-- a politica.elpais.com
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El director de la cárcel madrileña de Alcalá-Meco, Carlos Parada, debió quedarse tan pasmado y sentirse tan impotente como el alcaide del penal de Alcatraz cuando el 20 de abril de 1984, Viernes Santo, fue informado de que Rafael Bueno Latorre, Antonio Álvarez Gallego y Antonio Retuerto González habían logrado evadirse. Un trío de ases que, a su manera, emularon la fuga que el 11 de junio de 1962 protagonizaron Frank Morris y otros dos reclusos, quienes, tras escapar por un boquete de la celda, dejaron sendas cabezas de yeso y pelo...