Cuando pensamos en nuestros sentidos solemos partir de un enfoque erróneo: creemos que se trata de percepciones puras y objetivas, que ves lo que ves y oyes lo que oyes. Pero eso está lejos de ser cierto. En realidad nuestro cerebro recombina los datos que le llegan desde diversas fuentes y reconstruye los hechos a su manera. Lo que ves influye en lo que oyes y viceversa, pero antes de explicarlo con más profundidad, veamos un ejemplo.
Es como el pedo fantasma que todo el mundo es capaz de oler solo por haber escuchado un ruido que se parece a un pedo. Instintivamente todo el mundo se lleva la mano a la nariz y rehuyen diciendo que huele mal.
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Es como el pedo fantasma que todo el mundo es capaz de oler solo por haber escuchado un ruido que se parece a un pedo. Instintivamente todo el mundo se lleva la mano a la nariz y rehuyen diciendo que huele mal.
Se llama sinestesia: http://es.wikipedia.org/wiki/Sinestesia