Mortandad Covid en los países más poblados de la Unión Europea + Reino Unido + USA. Media 7 días. Son datos de la Universidad Johns Jopkins. La base de datos más utilizada de forma internacional.
Parece que España se encuentra en una situación dramática, con un fortísimo ascenso en mortandad. Situándonos en 6,42 ppm.

Equivalente a la anterior tabla: Mortandad Covid (media 7 días, por millón de habitantes) de España y sus CCAA más pobladas. Cataluña se sitúa en 26,83 ppm.
Datos recopilados manualmente de los informes diarios del Ministerio de Sanidad (no he encontrado base de datos pública). www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/

Tabla con fallecimiento Covid por Comunidades autónomas más pobladas apilado, no se tiene en cuenta la proporcionalidad por habitante, como en la anterior, sino el número diario registrado.
Población: Andalucía: 8.379.248, Cataluña: 7.596.131, C. Madrid: 6.576.009, C. Valenciana: 4.959.243

Además, Cataluña ofrece otros datos de mortandad Covid distintos a los exigidos por Sanidad española, menos exigentes con la confirmación con test. Éstos son bastante coherentes, sin saltos, como los ofrecidos para el cómputo español: dadescovid.cat/diari , tan diferentes que en los propios marca un total de 21.207 y en las que ofrece el ministerio de Sanidad 13.120.
Los días de marzo que más fallecidos de Cataluña se registraron (afloraron), fueron:
1 de marzo, 155 fallecidos
3 de marzo, 169 fallecidos
5 de marzo, 468 fallecidos
22 de marzo, 382 fallecidos
24 de marzo, 215 fallecidos
25 de marzo, 295 fallecidos
26 de marzo, 524 fallecidos
Es ficticia. No es una ola de mortandad real, siempre precedida por una equivalente de contagio. Son fallecidos atrasados, "ocultos".
Como ya dije en otro artículo, creo que "Una contabilidad verdadera salva vidas" y, si es fiable, la mejor herramienta para constatar cambios de tendencia y actuar rápidamente contra una epidemia.



La mayoría de los medios están publicando que el Gobierno ha ofrecido subir el sueldo de los funcionarios un 8% en tres años, pero, ¿es de verdad así?. La realidad es que los incrementos porcentuales no se pueden sumar ya que cada uno de ellos se realiza sobre el incremento previo. En incorrecto decir que un 3,5% de incremento, seguido de un 2,5% y, por último, un 2%, equivalen a subir un 8% en tres años, aunque la suma aritmética lo sea. El cálculo correcto sería el siguiente: 1,035*1,025*1,02=1,0821. Es decir, equivalen a un incremento en tres años del 8,21%.
Recuerda, las variaciones porcentuales sucesivas, ni se suman, ni se restan, para calcular a cuanto equivalen juntas, hay que multiplicar las variaciones. Por ello, si te suben un 10% y luego te bajan un 10%, no te quedas igual.
PS:

La propuesta ha cambiado y ahora es un 3,5% en 2022, 3,5% en 2023 y 2,5% en 2024: 1,035*1,035*1,025=1,0980. Es decir, que el incremento acumulado en tres años sería del 9,80%, no del 9,5%.
Aquí, al principio, es donde debería ir un alegato sobre la importancia de este concepto, o sobre su inconveniencia si yo fuese un liberal de pro. Pero no vais a encontrar ninguna de las dos cosas, porque mi pretensión es escribir un artículo que tenga que ver con los temas prácticos que he observado y comentado, y no sobre las posibilidades y bondades teóricas de la redistribución.
La cuestión es la siguiente: queremos gastar más, porque creemos que la sociedad funcionaría mejor si todo el mundo dispusiera incondicionalmente de una serie de servicios o derechos, y estos servicios o derechos tienen un coste.
Pintemos esto como lo pintemos, y sin entrar a juzgar si es bueno o no, lo cierto es que un grupo de gente saldrá beneficiada, pues obtendrá recursos del sistema y otro grupo de gente saldrá perjudicada, pues tendrá que aportar al sistema más de lo que de él recibe. Por eso precisamente, se llama redistribución. Por eso precisamente otros tratan de llamarle simplemente justicia y otros atraco. Pero vamos a dejarlo en redistribución.
Como es lógico, los que reciben algo de manera gratuita, están encantados. Los que lo ponen, en cambio, se dividen en dos grupos: los que están encantados también, porque creen que de ese modo se les garantiza el pacífico disfrute de sus riquezas, y los que están encabronados, porque sienten que se les maltrata. Los primeros suelen ser gente tremendamente rica, a la que pagar 100 millones de euros más al año ni les va ni les viene, porque han entendido de qué va eso del dinero y han entendido que no hay nada a lo que deban renunciar por falta de él. ¿Qué les puede importar a Bill Gates, Bezos y Buffet pagar 1000 millones más al año de impuestos? ¿A qué les obligaría a renunciar ese pago? Se la sopla. Les quedan 20 años de vida, tienen a sus herederos cubiertos, y se la sopla.
El problema está por debajo de ahí, y con las personas que no son personas físicas.
Bill Gates, Bezzos y Zuckerberg tienen pensado morirse y están, me parece, curados de avaricia. Yo en su lugar lo estaría. Pero el problema es que Microsoft, Amazon y Facebook no piensan morirse, están desesperados por repartir unos centavos más de dividendo a sus accionistas y están dispuestos a mudarse al primer paraíso fiscal que les ofrezca un ahorro del 23%, porque de eso dependen los bonus de sus directivos y las pensiones de sus millones de accionistas. Y ahí se jodió todo.
Ahí la cagamos a lo grande, porque son estas corporaciones las que tienen los recursos necesarios para dilatar 20 años cualquier subida de impuestos. Eludirla, y finalmente traspasarla a los demás.
Porque aquí tenemos que ver lo que pasa en realidad. Queremos gastar más y para ello tenemos que recaudar más. Le llamamos a eso redistribución y diseñamos una subida de impuestos. ¿Y que saben en las asesorías?
Que en cuanto entra en vigor la subida de impuestos, las grandes corporaciones, se escaquean. Detrás de ellas, y con los mismos bufetes, se escaquean las grandes fortunas. Luego, tras ellas, se escaquean las fortunas entre grandes y medianas, y finalmente las pequeñas consiguen escaquear una parte a través de sus redes familiares, sociales y de intereses.
¿Y con qué se encuentra el Gobierno amigo de la redistribución en sus carpetas? ¿Qué es lo que tiene entre manos, en la práctica? Una ley de dependencia que cuesta 14.000 millones y sólo 4000 millones recaudados. Una vinculación de las pensiones al IPC que cuesta 9000 millones y sólo 2000 millones recaudados. Una subida de los salarios de los funcionarios que cuesta 7600 millones y sólo 1800 millones recaudados.
Entonces ese Gobierno, entre renunciar a sus planes y profundizar en la redistribución, elige lo segundo. Porque es parte de su programa. Por convicción. Por soberbia. Por demostración de poder. Porque cree que es lo más justo. El motivo es igual, porque las consecuencias también son las mismas: la redistribución no la pagan los ricos, sino las clases medias, empezando por los funcionarios de categorías superiores (médicos, jueces, ingenieros de obras públicas...) a los profesionales de mayor cualificación. Acto seguido, pagan los profesionales liberales. Luego los autónomos, y finalmente, loa asalariados, tanto del sector público como del privado.
Y toda esa gente, o mucha de ella, se hace enemiga de la redistribución, que en la práctica es un fenómeno que no afecta para nada a los ricos y hace un tremendo daño a las clases medias, derechizando políticamente a los países que antes contaban con mayorías progresistas. ¿O qué demonios creéis que ha pasado en Francia, por ejemplo?
Tenemos que aprenderlo de memoria o grabarlo en mármol: da igual lo que los empresarios paguen: hay que obligar a pagar a las empresas. Por mí, como si Amancio Ortega está exento de IRPF, pero Inditex, que pague.
Lo que pasa es que decir esto no es popular, porque a la gente no la mueve la justicia, sino la envidia, y la mayoría es tan simple que no se siente capaz de envidiar a una Sociedad Anónima.
Así estamos.
Hace casi exactamente un siglo, el 9 de enero de 1923, Katherine Mansfield murió después de un gran vómito de sangre. Su marido había venido a visitarla al sanatorio de Fontainebleau en el que estaba recluida y Mansfield subió delante de él las escaleras hacia su habitación con tanta impaciencia que sus pulmones enfermos no pudieron resistir el esfuerzo. Esa impaciencia nerviosa contra el infortunio y contra cualquier clase de imposición era un rasgo de su carácter, un principio rector de su vida. Había cumplido 34 años solo unos meses atrás, en octubre de 1922. Llevaba cuatro años enferma de cáncer.
Hoy se han publicado en el blog de Menéame las cuentas del ejercicio pasado y, lo que es más importante, el proyecto de cuentas-necesidades económicas para los meses que vendrán blog.meneame.net/2025/02/24/transparencia-suscripciones-y-numeros-en-g Como podéis leer, se nos dice que precisan 6000 euros mensuales para no tener pérdidas y 9000 euros mensuales para que los dueños se lleven 1500 euros de beneficios mensuales (mas Benjami que se llevaría otros 500 euros de sueldo fijo), y así no vendan la web a alguna empresa mediática potente que quiera comprarla.
Las cuentas del ejercicio pasado me importan poco pues, lo pasado, pasado está. Sí me interesan mucho los gastos plasmados en el proyecto de cuentas-necesidades económicas para el futuro. Veámoslos:
Cantidades imputadas a necesidades básicas de la web (6000 euros en total) y ordenadas de menor a mayor:
Gestoría 400 €
Amortizaciones 500 €
Redes sociales y contenidos 500 €
Gestión de publicidad programática 500 €
Atención técnica informática (promedio) 500 €
Servicios de hosting 1.000 €
Otros gastos corrientes 1.000 €
Moderación 1.600 €
Total 6.000 €
Vemos que 500 euros es la cifra mágica, que se repite en la gran mayoría de partidas. De hecho, los nuevos admins a sueldo de la empresa son 3, y si dividimos los 1600 de su partida entre 3, nos dan 533 euros. Le pregunté a imparsifal si estos números eran aproximados o exactos, dado que son redondos, y me respondió que, salvo donde lo especifica, son exactos. Aquí tenéis el hilo www.meneame.net/story/transparencia-suscripciones-numeros-general/c019
Pues bien, apelo al mejor criterio de cualquier empresario-economista-informático-técnico en marketing que haya en la sala para que me diga si estoy loco por considerar inconcebible que se gaste lo mismo (500 euros) en redes sociales y contenidos, gestión de publicidad programática...y atención técnica informática. Menéame tiene un twitter automatizado que sube los envíos que llegan a portada, y no le conozco otra red social ¿Tiene sentido gastarse 500 euros en eso y 500 euros en un trabajo tan especializado, complejo e imprescindible como el del técnico informático, cuya triste ausencia nos ha llevado al caos de bugs de los últimos meses? Otro tanto puedo decir de los 500 euros de gestión de publicidad programática.
Imparsifal también me comentó que todas estas partidas corresponden a los servicios de 6 autónomos, de los cuales 2 ya trabajaban para Menéame antes de que él llegaban y otros 2 trabajan para Jotdown (del que imparsifal es CEO), siendo uno de esos autónomos, además, socio cuentapartícipe (entiendo que de Jotdown). Respecto a los 500 euros de amortizaciones, imparsifal me dijo en el hilo que os cité arriba que se destinan a pagar ordenadores y software ya adquirido por Menéame.
En consecuencia, si es cierto que se dedican 500 euros a cada una de estas partidas, creo que sería razonable minorar o suprimir alguna para reinvertir en el técnico informático de cuya pericia depende, literalmente, el futuro de la web, pues cada caída, bug o desajuste que perjudica la usabilidad de Menéame, provoca una pérdida de usuarios que será mayor cuanto más se reproduzcan y más extensa sea su duración.
Otro dato que me ha dejado de piedra son los 400 euros de gestoría. A mí, en mis 12 años de autónomo, el gestor (muy bueno por cierto) me cobraba 40 euros. Pero es que, a las SL tipo PYME con escaso número de trabajadores que tenía como clientes, les cobraba 120 euros. Y Menéame ni siquiera tiene trabajadores. El gasto parece, a todas luces, desorbitado.
Pasemos ahora a los gastos que se imputarían al resultado óptimo (otros 3000 euros para que los dueños no vendan Menéame a los desalmados halcones mediáticos):
Consultoría CEO (imparsifal)1.000 €
Consultoría CAP (Benjamí) 500 €
Beneficios socios (Lo que rentaría la inversión en un fondo al 5%) 1.500 €
Aquí entiendo que Benjami se llevaría 500 por trabajo y lo que le toque de los 1500 para los socios, e Imparsifal 1000 mas "operaciones especiales" que facturaría aparte como me dijo en el hilo de arriba.
Con esto concluyo mis humildes opiniones y observaciones. Pero en esta web hay auténticos expertos, desde economistas a informáticos, pasando por empresarios y gente del mundo del marketing, que seguro podrán comentar los datos y aconsejar a los dueños de un modo mucho más agudo y certero que yo. Es vuestro turno.
Hola.
He creado un script para tampermonkey que permite añadir comentarios personalizados tras el nombre de los usuarios de meneame. Me parece que puede ser bastante útil para recordar si alguna vez habías conversado con alguien, o escribir lo que piensas de ese usuario. Bueno, para ser sincero, el script lo ha creado chatGPT. Yo solo sé lo más básico sobre programar scripts.

El contenido de las etiquetas se guarda localmente en el navegador, así que no se conservan si cambias de PC o de navegador. Y supongo que si metes muchas etiquetas tendrás que aumentar la capacidad de almacenamiento de la extensión.
A continuación el código. Tan solo copiar y pegar en nuevo script de tampermonkey. Si alguien quiere modificarlo, mejorarlo, está subido aquí.
// ==UserScript==
// @name Etiquetador de Usuarios para Menéame
// @namespace tampermonkey.net/
// @version 0.2
// @description Añade etiquetas personalizadas a los nombres de los usuarios en Menéame
// @author Fernando_x
// @match www.meneame.net/*
// @grant none
// ==/UserScript==
(function() {
'use strict';
// Función para guardar etiquetas
function guardarEtiqueta(usuario, etiqueta) {
localStorage.setItem(usuario, etiqueta);
}
// Función para cargar etiquetas
function cargarEtiqueta(usuario) {
return localStorage.getItem(usuario);
}
// Añadir campos de etiqueta a cada comentario
document.querySelectorAll('.comment').forEach(function(elem) {
const usuarioElem = elem.querySelector('.username');
const usuario = usuarioElem.textContent.trim();
const etiquetaExistente = cargarEtiqueta(usuario) || '';
const contenedorEtiqueta = document.createElement('span');
const inputEtiqueta = document.createElement('input');
inputEtiqueta.type = 'text';
inputEtiqueta.value = etiquetaExistente;
inputEtiqueta.style.marginLeft = '5px';
inputEtiqueta.style.fontSize = 'smaller';
inputEtiqueta.placeholder = 'Añadir etiqueta';
inputEtiqueta.style.width = '150px'; // Aumentando el ancho de la caja de entrada
// Evento para guardar la etiqueta
inputEtiqueta.addEventListener('change', function() {
guardarEtiqueta(usuario, inputEtiqueta.value);
});
contenedorEtiqueta.appendChild(inputEtiqueta);
usuarioElem.parentNode.insertBefore(contenedorEtiqueta, usuarioElem.nextSibling);
});
})();
No es un líder de opinión para mí,pero sí para centenares de miles de españoles que leen sus artículos de opinión y compran sus libros. Su ultima ocurrencia es decir que Toni Cantó es un político formidable. Luego se quejan que muchos chavales que han quemado contenedores tengan como referente moral al rapero Pablo Hasél. Con una elite intelectual así, mejor seguir a un poeta revolucionario sociópata.
Arturo Pérez Reverte en su artículo "Para qué necesito un rey" y que parece haber sido escrito en un estado de delirium tremens, empieza bien para después tratar de meter un sablazo a sus lectores, a ver si cuela. La mayoría de los españoles han demostrado ser sobradamente gilipollas. ¿Por qué no iba a colar de nuevo una transición 2.0 y un nuevo rey salvador de la democracia encarnado en Felipe VI?
En dicho artículo, aparecen cuñadeces, insultos, críticas hacia Juan Carlos I, la monarquía, etc. Después apela a su pseudorepublicanismoy pseudojacobismo. Igual te habla de la revolución francesa como la guillotina y mete por el medioLa Marsellesa y un largo etcétera de disparates como si fuese un abuelo Cebolleta que hubiese vivido en directo "La Toma de la Bastilla" después de haber regresado al mundo actual y haber agotado las existencias de ácido lisérgico de todo el planeta.
Pero no, los que deben estar ciegos son sus lectores al creer lo que cuenta, él sabe lo que hace y controla. Don Arturo mete con calzador una cuña publicitaria en favor de la monarquía y de Felipe VI de Borbón como nuestro macho alfa. Que si Felipe VI es honrado, que si es buen tio y que ama España (sic).
Para realzar la fígura de Felipe VI, denigra a un montón de políticos de izquierdas, de derechas, españoles e independentistas que se presentan a las elecciones y obtienen representación. No digo que estos políticos no sean gentuza, pero al menos hacen algún mérito para ocupar su asiento en el parlamento.
La diarrea mental que se gasta "El Cuñado de España" es producto de disfrutar comiendo demasiadas mazorcas de maiz embarrado en el comedero junto con los demás cortesanos: los monárquicos, los "republicanos" y los oportunistas.
En una entrevista a Pérez-Reverte, comenta algo interesante: que España necesita de un presidente carismático que nos dirija y nos haga olvidar nuestras diferencias. Vamos, que reconoce que Felipe VI es un calzonazos y que no nos vale. Admitimos barco como animal acuático.
Estos periodistas metidos a tertulianos y columnistas nos enseñan a amar al sistema y a odiar los que quieren cambiar las cosas. Nos manipulan como borregos y trata de perpetuar la realidad que cada vez está más podrida.
Esta gente no quiere democracia plena sino un franquismo sin Franco con un gobierno tecnocrático y neofeudal. No sé si ha habido un maletin repleto de billetes de por medio para pagar a Pérez-Reverte por la cuña publicitaria a Felipe VI. Qué no se ofenda por mi sospecha ya que para él un mercenario es un ser de luz, debería tomárselo como un halago. Pues hale, ahí tienes , no es que te lo merezcas. Cuando dejes de fumar, ya podrás descansar en paz y dejarnos en paz a nosotros con cuñas publicitarias para sostener lo insostenible.
El régimen de 1978 considera que los españoles no se merecen una democracia real, horizontal y participativa; porque quieren caudillistas cegados de idolatría esperando encontrar un caudillo que les saque las castañas del fuego. La democracia plena puede esperar para ellos... para nosotros no.
“La ideología propone y el mercantilismo dispone, ¡trágica ironía de la historia universal!”
(Engels, de su artículo publicado en 1848 para la "Nueva Gaceta Renana")
Resulta al menos curioso observar ese repetido discurso, propio de cualquier nacionalismo, que trata de encontrar en la historia, en supuestas situaciones y realidades pasadas, su fundamento básico. Desde los nacionalismos propios de aquellas naciones ya existentes, hasta la exigencia de ese “derecho de las naciones a la independencia” (ahora transformado en ese “derecho de los pueblos a la autodeterminación”) para las propuestas de naciones no reconocidas, vemos como se suele basar la existencia y necesidad de la nación en una serie de supuestos hechos ocurridos en el pasado y que de alguna manera nos dicen que se proyectan hasta el presente. Pero permítanme una afirmación al respecto que contradiga esa justificación: ni las naciones, y ni siquiera las nacionalidades son algo eterno, algo inmutable. La constitución de los estados nacionales existentes, o de aquellos que lo fueron y dejaron de serlo, encuentran una justificación histórica en un momento y un lugar determinado, se deben, al fin y al cabo, a la existencia de unas condiciones materiales determinadas que condujeron y permitieron cierta organización, relaciones de producción, dominación territorial y hegemonía sobre la población y recursos. Pasado esos momentos históricos, llegan otros en los que aquellos nacionalismos fracasados, o aquellos que no se exigieron y ni siquiera se intentaron en su día pudiera ser que no fueran necesarios. Y diremos aún más: pudiera llegar un momento histórico dónde incluso lo que se requiera fuera precisamente la eliminación de cualquier estado nacional existente tal y como los conocemos.
El nacimiento de los primeros estados nacionales occidentales como monarquías absolutistas, allá por los siglos XV y XVI, cumplió una primera aportación a la evolución de la historia en tanto que asentó y confirmó la salida de toda esa oscura época mediaval feudal post-romana. Las relaciones económicas del feudalismo, básicamente centradas en una producción agraria autosuficiente, que permitía el consumo de toda esa producción dentro de esos pequeños territorios feudales y por tanto no necesitaba del comercio exterior, era la base que permitía toda esa división en tantos pequeños territorios, dónde los diferentes condes, duques, pequeños reyes y demás nobleza guerrera convertían en eternas las batallas por esos terruños, para después establecer unas infinitas trabas locales que no hacían sino impedir la circulación de bienes y personas por esos feudos. Pero a medida que la economía en las ciudades avanzó, comienza a florecer una burguesía, en principio artesana, que se ve obligada a luchar contra el sistema feudal en pro del crecimiento del comercio, encontrando en primer término las monarquías como su aliado. Este “protocapitalismo” encontraba en esos pequeños feudos un obstáculo para su expansión, y necesitaba de mayores territorios dónde se pudiera desarrollar los medios materiales de producción, lo cual necesita de unas leyes comunes a todo ese territorio y de una autoridad (la monarquía y sus ejércitos reales) que las protegieran: es el nacimiento de los primeros estados. Más adelante, ya a finales del S. XVIII, todo esto desembocaría en la exigencia de poder de esa burguesía, ya más poderosa, en detrimento de las monarquías, que no es otra cosa que el motivo histórico de la Revolución Francesa, y que iniciaría un proceso que culminaría a finales del S. XIX con el establecimiento del capitalismo hegemónico moderno y sus estados nacionales occidentales modernos. Vemos así como la existencia de estados se debe a necesidades materiales, y no a ningún supuesto “derecho de autodeterminación” o “derecho de los pueblos a decidir”, cosas muy bonitas articuladas en nuestras bocas pero que no se sabe muy bien dónde se encuentran.
Incluso una rápida ojeada a la historia del proceso de independentismo colonial nos mostrará que fueron condiciones muy concretas las que permitieron a las colonias la independencia de sus ocupantes: la creación de una burguesía local con ansias de gestionar y disfrutar de los beneficios de sus recursos, junto con crisis y guerras en los estados imperiales fueron aprovechadas por los movimientos independentistas. Para algunos casos más cercanos, especialmente en el proceso de descolonización africano, se llegó a una independencia sólo sobre el papel pero que en la práctica significaba (y aún en muchos casos significa) una total dependencia económica de las antiguas naciones ocupantes. De nuevo vemos aquí como son las circunstancias materiales las que permiten o no una real "independencia", ¿acaso alguien cree que es más independiente Ruanda que Holanda por el hecho de ser las dos jurídicamente "estados nacionales independientes"?
Debemos por tanto cuestionar que papel juegan hoy los estados nacionales en la evolución histórica, ¿han aportado algo positivo en los últimos 110 años, o por el contrario, han sido los nacionalismos el germen de algunas de las mayores atrocidades ocurridas?, ¿tienen hoy en día, dado el grado de evolución de la información, del transporte, en definitiva de la tecnología, algún sentido?, ¿existe justificación histórica que nos obligue a mantenerlos?, ¿que más pueden aportarnos?... Son preguntas que debemos hacernos, pero si acaso alguno de ustedes llegara a la misma conclusión que nosotros, es decir, que la necesidad de estados nacionales parece llegar a su fin tal y como hasta hoy los conocemos, ¿qué sentido tiene entonces todas esas nuevas reivindicaciones nacionalistas?, ¿en qué pueden ayudarnos?.
Desde que el capitalismo llegara a su pleno desarrollo, muy al principio del S. XX, pronto los estados nacionales nos mostraron como las grandes potencias se enzarzaron en guerras entre si, guerras sin ningún sentido histórico progresista, guerras de devastación dónde era la propia supervivencia del capitalismo lo que se perseguía, dónde millones de personas e ingentes cantidades de fuerzas productivas fueron destruidas para luego tener que volver a rehacerlas, y cuya consecuencia inmediata fue el reparto del mundo según la fuerza demostrada por cada una de ellas. Y como consecuencia de este reparto, los restos de pueblos antiguos, las diferentes nacionalidades o pequeñas naciones sin fuerza efectiva no han sido más que lo que las grandes potencias han querido que fueran; la supuesta independencia de todas ellas no es más que una distracción que esconde la hegemonía práctica de los grandes estados capitalistas sobre el resto de pueblos, naciones y estados. Y si no vean: ahí tenemos ese “Fondo Monetario Internacional (FMI)”, dónde un sólo miembro, USA, tiene derecho permanente de veto. Ahí tenemos a esas “Naciones Unidas”, que estarán muy unidas pero sólo cinco de sus miembros se reservan el derecho de veto, USA, Francia, China, Rusia, Reino Unido, todas potencias. Ahí tienen ese “Banco Central Europeo”, dónde Alemania con su único derecho de veto, impone las medidas a placer y que más le interesan en el caso de tener que lanzar el salvavidas a nuestras débiles economías. Y qué hablar de los nuevos estados surgidos en los Balcanes, el Cáucaso, el Báltico, Chequia o Eslovaquia, que tan pronto como consiguieron su independencia se presentaron en Bruselas para que las centralizarán económicamente. Piensen también en esto, ¿son igual de independientes hoy en día Grecia que Francia o Alemania?. Por supuesto podemos mirarnos aquí en la península el ombligo... “La ideología propone y el mercantilismo dispone, ¡trágica ironía de la historia universal!”, que diría Engels hace ya tiempo. La ideología, los sentimientos o un confuso razonamiento pueden proponer mil y un nacionalismos, pero las realidades materiales disponen hacia uniones económicas (véase la UE, véase el intento del TTIP o de cualquier otro tratado de este tipo), y la centralización económica conlleva la centralización política, muy a pesar de cualquier apariencia de independencia o aspiración nacionalista, tanto para las naciones ya existentes como para las de nueva exigencia. ¿Cuál es por tanto la razón de mantener esos sentimientos y sueños nacionalistas?, ¿a quién interesa mantener viva esa llama, ese disfraz de falsa independencia que quiere distraer a la población con cuentos y sueños en contra de sus reales intereses?, ¿quién quiere el conflicto nacional permanente, mientras por otro lado cimienta una auténtica hegemonía mundial, económica e intelectual?... Nosotros respondemos que a esos mismos corruptos oligarcas que no desean otra cosa que mantener sus privilegios. Este es el verdadero sentido de los nacionalismos hoy en día: impedir la unión de la mayoría de la población mediante el “odio mutuo” y el distanciamiento, no permitir que las gentes de diferentes territorios, pueblos, autonomías, idiomas, etc. puedan tener conciencia clara de sus intereses comunes: Lo que tratamos de advertir es que no son las relaciones jurídicas internacionales lo que queremos cambiar, ¿en qué puede ayudar la creación de esos pequeños estados a la liberación?. De llevarse a la práctica los anhelos nacionalistas, lo que consiguiríamos no sería la liberación de de las naciones, sino el refuerzo de su sometimiento a las grandes potencias capitalistas, aunque en apariencia exista una máscara de independencia.
Por todo esto queremos recordar las palabras de Rosa Luxemburgo, hoy igual o más vigentes aún que el día en que fueron presentadas:
“En la realidad, aunque como socialistas reconociésemos el derecho inmediato de todas las naciones a la independencia, el destino de las naciones no cambiaría un ápice por ello. En las condiciones sociales existentes, el ‘derecho’ de una nación a la libertad, así como el ‘derecho’ del obrero a la independencia económica, valen tanto como el ‘derecho’ de todo ser humano a comer en vajilla de oro […] Por la misma razón, la esperanza de solucionar todas las cuestiones nacionales en el marco capitalista asegurando a todas las naciones, razas y grupos étnicos la posibilidad de ‘autodeterminación’ es una completa utopía [...]El desarrollo de poderes mundiales, un rasgo característico de nuestra era moderna, y que adquiere cada día mayor importancia gracias al progreso del capitalismo, condena a priori a todas las pequeñas naciones a la impotencia política. Aparte de algunas de las naciones más poderosas, que lideran el desarrollo capitalista y poseen los recursos espirituales y materiales necesarios para conservar su independencia económica y política, la ‘autodeterminación’, es decir, la existencia independiente de naciones pequeñas, es una ilusión, y cada vez lo será más [...]Además, la política y la economía mundializadas -una condición para la supervivencia de los estados capitalistas - convierten a los pequeños estados europeos, políticamente independientes y formalmente iguales, en protagonistas mudos - y a menudo en chivos expiatorios - del escenario europeo [...]Desde este punto de vista, la idea de asegurar a todas las ‘naciones’ la posibilidad de autodeterminarse equivale a la perspectiva de abandonar el desarrollo del gran capitalismo para volver a los pequeños estados medievales, muy anteriores a los siglos XV y XVI [...]Las excepciones aparentes no hacen sino confirmar, tras un análisis más profundo, la conclusión de que el desarrollo moderno del capitalismo resulta irreconciliable con la auténtica independencia de todas las nacionalidades [..] Un intento general de dividir todos los estados existentes en unidades nacionales y delimitarlos según el modelo de estados y estaditos nacionales es una empresa sin esperanza y, desde el punto de vista histórico, reaccionaria.”
(Rosa Luxemburgo (1871 - 1918), La Cuestión Nacional, 1978, Ediciones “El Viejo Topo”).
“Los relatos son pequeñas ventanas a otros mundos, otras mentes y otros sueños. Son viajes que puedes hacer al otro lado del universo y aún así volver a tiempo para la cena.”
Neil Gaiman

Se puede dar por supuesto que si hay en el género fantástico un escritor que no necesita ninguna presentación ése es George R.R. Martin. La gigantesca presencia de Canción de Hielo y Fuego en la cultura actual es de tal magnitud que dibuja una enorme sombra que oculta otras facetas de este mismo autor. Y una de ellas (y es una muy especial) es la de grandísimo escritor de relatos, muchos de los cuales fueron escritos entre los años 70 y 80 del siglo XX. Personalmente aún recuerdo la impresión que me produjo descubrir Los reyes de la arena en el número 127 de la nunca suficientemente alabada revista Nueva Dimensión. La publicación está fechada en octubre de 1980, pero yo debí leerla a mediados de los años 80 y tanto el placer como el acojone que me produjo tienen efectos permanentes en mí (como la poción mágica en Obélix) ya que todavía siento algún que otro escalofrío al releerlo.
La temática de sus relatos es prácticamente la misma que define a sus obras más conocidas, abarcado en ellos tanto ciencia ficción como fantasía, casi siempre aderezadas con terror (y también mucho humor) y con su particular visión sobre la condición humana, sobre el amor y la pérdida, la fragilidad de la psique y lo endeble de las religiones y las creencias a las que nos agarramos y en como éstas son utilizadas por las élites. Y todos ellos están aderezados con esa desesperanza tan particular que trasmite Martin.
No es que Martin tenga escrito una enorme cantidad de ellos -muy posiblemente por el tiempo y esfuerzo dedicados a Canción de Hielo y Fuego y a las varias producciones televisivas en las que ha estado enfrascado los últimos treinta y muchos años- pero fuera de ese universo hay por lo menos una docena que son excelsos: Una canción para Lya; Los reyes de la arena; El camino de la Cruz y el dragón; Esa otra clase de soledad; El dragón de hielo; Cuando llega la brumabaja; Oscuros, oscuros eran los túneles; Y siete veces digo: al hombre no matarás; Por un solo ayer; La última Super Bowl; El hombre con forma de pera; El tratamiento del mono; varios relatos de los que conforman Los viajes de Tuf....
No puedo decir lo mismo (de tener unos relatos de calidad tan apabullante) de casi ningún otro escritor de fantasía o terror, salvando a mi idolatrado Gene Wolfe, Stephen King y quizás a Neil Gaiman o Fritz Leiber; y al respecto de los escritores de ciencia ficción habría que irse a lo más escogido en la escritura de relatos: Isaac Asimov, Arthur C. Clarke o Philip K. Dick. Lo que quiero decir con todo ésto es que con apenas unos pocos años de producción de relatos puede mirar de tú a tú a los más grandes escritores anglosajones del género sin inmutarse. Y particularmente muchos de los creados en el período entre 1972 y 1981 son tremendamente buenos. Sólo podemos llegar a imaginar lo que podría haber escrito Martin si no le hubiese dedicado el ímprobo esfuerzo que requiere una obra tan colosal (en todos los sentidos de la palabra) como Canción de Hielo y Fuego, y se hubiese dedicado a continuar experimentando con nuevos relatos tanto de fantasía como de ciencia-ficción. Lo que es cien por cien seguro es que no sería conocido más que por una pequeñísima fracción de los lectores que actualmente compran y leen sus obras.
Como Martin es mucho más conocido como escritor de fantasía, voy a centrarme en su producción de ciencia-ficción. Por si alguien no los conoce y tiene interés en leer algunas de sus obras de ciencia-ficción en formato corto, os recomiendo una decena de relatos que merecen mucho la pena (aquí englobo relatos y relatos cortos, incluso alguna novela corta -todo lo que se puede leer en un máximo de poco más de una hora aproximadamente-). No están enumerados en ningún orden especial y, si tengo que escoger a un favorito, éste sería El camino de la Cruz y el dragón.
¿Qué mejor idea de lectura veraniega que zambullirse en estos relatos? La gran mayoría se terminan en cuestión de minutos sin esfuerzo y se pueden encontrar tanto en Internet como en las publicaciones previas existentes; también muy recientemente se han publicado en español media docena de nuevos libros recopilatorios integrando la práctica totalidad de su producción.
1.- Una canción para Lya (1974). Premio Hugo de novela corta de 1975. Posiblemente el más conocido de sus relatos. Amor y pérdida más allá del entendimiento humano.
“Las ciudades de los shakeen son viejas, mucho más viejas que las del hombre, y la gran metrópoli que se levanta en las tierras de su colina sagrada había demostrado ser la más antigua de todas. La ciudad de los shkeen no tenía nombre. No necesitaba ninguno. Pese a que construían cientos y miles de pueblos y ciudades, la ciudad de las colinas no tenía rival. Era la mayor en tamaño y población, y era la única que se levantaba en las colinas sagradas. Era su Roma, Meca, Jerusalén, todo en una. Era la ciudad, y todos los shkeen venían a ella en los últimos días antes de la Unión. Pese a que construían cientos y miles de pueblos y ciudades, la ciudad de las colinas no tenía rival. Era la mayor en tamaño y población, y era la única que se levantaba en las colinas sagradas. Era su Roma, Meca, Jerusalén, todo en una. Era la ciudad, y todos los shkeen venían a ella en los últimos días antes de la Unión.”
2.- Los reyes de la arena (1979). Ganó los premios Hugo y Nébula al mejor relato en 1980. Recuerda siempre que debes tratar bien a tus mascotas.
“Simon Kress vivía solo en una gran mansión situada entre montañas áridas y rocosas a unos cincuenta kilómetros de la ciudad. Y así, cuando tuvo que ausentarse inesperadamente por asuntos de negocios, no dispuso de vecinos de los que pudiera aprovecharse para dejarles al cuidado de sus mascotas. El halcón no era problema. Descansaba en el campanario inutilizado y, de todas formas, solía alimentarse por sus propios medios. En cuanto al shambler, Kress se limitó a echarlo fuera de la casa y dejar que se las arreglara como pudiera. El pequeño monstruo se alimentaría de babosas, pájaros y ratas. Pero la pecera, surtida de pirañas genuinas de la Tierra, planteó una dificultad. Finalmente arrojó una pierna de carnero al inmenso tanque. Las pirañas siempre podrían devorarse unas a otras si le retenían más tiempo del que esperaba. Ya lo habían hecho otras veces. Un detalle que le divertía.”
3.- El camino de la Cruz y el dragón (1979) Premios Hugo y Locus al mejor relato corto en 1980. Un precioso relato que trata sobre religiones, sobre las escasas certezas de la condición humana y sobre la entropía. Ojo a la descripción de la herejía de San Judas Iscariote, que es de lo más original que ha escrito Martin en la humilde opinión de un servidor.
“—En conjunto resulta una historia agradable. Más fácil de leer que tu Biblia, Damián, y también más dramática.
—Es verdad —admití—. Pero es absurda. Una maraña increíble de doctrina, escritos apócrifos, mitología, y superstición. Entretenida, si, sin lugar a dudas. Imaginativa, incluso atrevida. Pero ridícula, ¿no te parece? ¿Cómo podemos creer en dragones? ¿En Cristo sin piernas? ¿En Pedro recompuesto de sus pedazos después de haber sido devorado por cuatro monstruos?
La sonrisa de Aria era burlona.
—¿Acaso es más tonto que creer en el agua transformándose en vino, o Cristo caminando sobre las aguas, o un hombre viviendo en el estómago de una ballena?”
4.- Esa otra clase de soledad (1972). Ciencia ficción y la fragilidad de la psicología humana, enfrentada hasta su límite en la inmensidad de un amenazante, frío y gigantesco Espacio.
“18 de junio
Mi relevo ha partido hoy desde la Tierra.
Por supuesto, pasarán al menos tres meses antes de que llegue. Pero ya está en camino.
Hoy ha despegado desde El Cabo, como lo hice yo cuatro años atrás. Una vez en la Estación Komarov, se dirigirá hacia una nave lunar, luego girará en órbita alrededor de Luna, en la Estación del Espacio Profundo. Allí comenzará realmente su viaje. Hasta entonces sólo habrá estado rondando terreno familiar.
Hasta que La Charon no abandone la Estación del Espacio Profundo y se su- merja en la noche, no lo sentirá, no lo sentirá realmente, como no lo sentí yo hace cuatro años. No le afectará el golpe hasta que la Tierra y la Luna se desvanezcan a sus espaldas. Por supuesto, sabe desde el principio que ya no puede echarse atrás. No obstante, hay una diferencia entre saberlo y sentirlo. Ahora, lo sentirá.”
5.- Cuando llega la brumabaja (1973) ¿Y qué nos queda cuando se acaba el misterio...?
“Todavía era temprano para desayunar esa mañana del día siguiente a mi llegada. Pero Sanders ya estaba en el balcón del comedor cuando llegué. Estaba solo, de pie en un rincón, contemplando las montañas y las brumas.
Fui hacia él mascullando un saludo. Ni siquiera me respondió.
—¿Hermoso, no es cierto? —dijo, sin volverse.
Y lo era. Tan sólo unos metros bajo el nivel del balcón las brumas ondulaban, lanzando olas fantasmales que rompían contra las piedras de su castillo. Un espeso manto blanco se extendía hasta donde alcanzaba la vista, envolviéndolo todo. Podía verse la cima del Duende Rojo, al Norte; una roca escarlata que, como aguzada daga, hendía el cielo. Pero eso era todo. Las otras montañas se hallaban bajo el nivel de las brumas.”
6.- Oscuros, oscuros eran los túneles (1973) Distopía post-apocalíptica y los límites de la evolución humana.
“No era un cobarde. Era un explorador de la Gente que se había arriesgado a caminar por túneles jamás visitados por los hombres durante centurias.
Pero estaba asustado, y no tenía vergüenza de su temor. Un buen explorador sabe cuándo debe tener miedo. Y Greel era un excelente explorador. Por lo tanto, se quedó silencioso en medio de la oscuridad, con el arma cogida en su puño, pensando.
Lentamente, el temor comenzó a alejarse. Greel se sintió más seguro y abrió los ojos. Los cerró de nuevo a toda velocidad.
El túnel que se extendía frente a él estaba ardiendo.”
7.- Guardianes (1981) Uno de los relatos sobre el ingeniero ecológico Tuf, publicado posteriormente en el volumen recopilatorio Los viajes de Tuf de 1987.
“Namor era un mundo verde oscuro, solitario y sin luna, envuelto en jirones de nubecillas doradas. El Arca dejó de propulsarse, sufrió una sacudida y entró pesadamente en la trayectoria orbital. En la larga y estrecha sala de comunicaciones, Haviland Tuf iba de un asiento a otro para estudiar el planeta desde una docena de las cien pantallas repartidas por la habitación. Lo acompañaban tres gatitos grises que saltaban entre las consolas sin parar más que para lanzarse zarpazos juguetones. Tuf no les hacía caso.
Namor era un mundo acuático: solo había una masa continental visible desde la órbita, y ni siquiera era demasiado grande. Pero, al aumentar la imagen, Tuf pudo ver millares de islas dispersas que se agrupaban sobre los profundos y verdes mares en alargados archipiélagos con forma de media luna, como gemas de tierra dispersas por los océanos. Las pantallas mostraron las luces de docenas de ciudades grandes y pequeñas en la parte donde era de noche, y destellos intermitentes de energía allí donde los asentamientos estaban a la luz del día.”
8.- Nómadas nocturnos (1980). Premio Locus a mejor novela corta de 1981. Es el más extenso de este listado. El miedo y la sospecha acompañan a los tripulantes de una nave espacial y a los secretos que se esconden.
“La guerra rugió durante mil años, y los volcryn la atravesaron sin saber de ella, sin que los rozara, a salvo en un lugar donde no podía arder fuego alguno. Después, el Imperio federal se derrumbó y desapareció, y los hranganos se desvanecieron en la oscuridad del Colapso, pero para los volcryn nada se oscureció.
Cuando Kleronomas partió de Avalón con su nave exploradora, los volcryn pasaron a menos de diez años luz de él. Kleronomas descubrió muchas cosas, pero no encontró a los volcryn, ni entonces ni durante el regreso a su mundo, una vida entera más tarde.
Cuando yo tenía tres años, y Kleronomas ya no era más que polvo, tan lejano y muerto como Jesús de Nazaret, los volcryn pasaron cerca de Daronne. Todos los crey perceptivos se mostraron inquietos aquella estación y contemplaron las estrellas con ojos luminosos y centelleantes.
Cuando llegué a la madurez, los volcryn habían dejado atrás Tara, donde ni siquiera los crey podían ya percibirlos, y seguían rumbo al exterior.
Y ahora que soy mayor, muy mayor, los volcryn están a punto de desgarrar el Velo del Tentador, que pende como una niebla negra entre las estrellas. Y nosotros los seguimos. Por los abismos interestelares que nadie más transita, atravesando el vacío, atravesando el silencio infinito, vamos en pos de ellos mi Nómada Nocturno y yo.”
9.- En la casa del gusano (1976). Religión, pozos, túneles y regresión tecnológica en la más profunda oscuridad.
“ Desde siglos más allá del recuerdo, la Casa del Gusano se hallaba sumida en la podredumbre, y así debía ser, ya que podredumbre es simplemente un nombre más del mismo Gusano Blanco. Por eso los yaga-la-hai , los gusahijos, se limitaban a sonreír y a continuar como siempre, aunque las cortinas se pudrieran en las paredes de sus interminables madrigueras, y aunque todos los años menguaran los habitantes de las mismas, aunque la carne fuera haciéndose cada vez más escasa y aunque la misma roca que los rodeaba se convirtiese en polvo. En las madrigueras altas de ranuradas ventanas, inundadas por la roja oscuridad de la inmensa brasa que agonizaba arriba, los yaga-la-hai iban y venían y vivían su vida. Atendían sus antorchas y celebraban sus mascaradas, y hacían la señal del gusano siempre que pasaban cerca de las oscuras madrigueras sin ventanas donde se decía que los grounos murmuraban y estaban al acecho (porque los pasillos y túneles de la Casa del Gusano tenían la reputación de ser infinitos, de descender por debajo de la tierra, tanto como el negro cielo asciende en lo alto, y los yaga-la-hai tan sólo consideraban suyas algunas de las muchísimas antiguas cámaras).”
10.- Y siete veces digo: al hombre no matarás (1975). Sobre colonialismo, explotación de recursos, conquistadores, conquistados y religión.
“ —Actuamos como consideramos necesario —dijo Wyatt a Ryther—. Cuando un animal mata a un hombre, hay que castigar al animal para que otros animales lo vean y aprendan, para que las bestias sepan que el hombre, semilla de la Tierra e hijo de Bakkalon, es su amo y señor.
—Los jaenshi no son bestias —buló neKrol—. Son seres inteligentes y tienen religión, arte y costumbres, y…
—Y no tienen alma —concluyó Wyatt mirándolo—. Los únicos que tienen alma son los Hijos de Bakkalon. La semilla de la Tierra. El hecho de que tengan raciocinio es algo que solo le importa a usted, y puede que a ellos; pero no tienen alma, y por tanto son bestias.
—Arik me ha enseñado las pirámides de culto que han construido —dijo Ryther—. Unos seres que son capaces de construir semejantes santuarios deben tener alma, por fuerza.
—Está usted en un error —respondió el prior, sacudiendo la cabeza—. El Libro lo dice claramente. Nosotros, la semilla de la Tierra, somos los verdaderos Hijos de Bakkalon, y nadie más. El resto son animales, y debemos imponer nuestro dominio sobre ellos en nombre de Bakkalon.”
Un sargento instructor explica a sus reclutas las bases elementales de la balística. Dice el sargento:
“El obús describe una curva ascendente hasta llegar a su punto culminante y, a partir de este punto, empieza a caer a causa de, según dice el manual, la fuerza de la gravedad; pero, si queréis que os diga la verdad, entre nosotros, yo creo que, sencillamente, el obús se cae por su propio peso”.
Y aquí es donde todos nos reímos del sargento, pues resulta cómico descubrir que es tan corto que ignora que “caerse por su propio peso” no es más que la versión popular de “la fuerza de la gravedad”. Pero no se rían demasiado alto, guarden fuerzas para más tarde, no vayamos a continuación todos juntos a descubrir lo equivocados que nosotros también solemos estar y necesitemos fuerzas para reírnos más.
Cuando nuestro sargento dice que un proyectil cae “por su propio peso”, está anunciando, de manera explícita, que el proyectil tiene un peso que le es propio. E implícitamente, que el peso es una propiedad del obús, al igual que lo es su masa o su volumen, aun sea o no nuestro suboficial consciente de esto. Pero, contrariamente a la masa o el volumen, que sí son cualidades propias de un obús, el peso no lo es; los cuerpos tienen volumen y masa, pero no volumen y peso. El volumen sí que pertenece al objeto, la masa sí que es una cualidad esencial del obús, pero el peso no. Recuerden sino las nociones de física que nos enseñaron en el colegio: un cuerpo tiene una masa dada, pero el peso no es más que la medida de la fuerza gravitatoria. El peso no constituye pues una propiedad esencial de la piedra, sino una propiedad relacional. Todos sabemos que un mismo proyectil demostraría un peso diferente en la tierra o en la luna a causa del valor diferente de la fuerza de la gravedad en estos dos ambientes distintos. La masa de la piedra es la misma en la tierra que en la luna; sin embargo, “su” peso varía considerablemente. Y las comillas que hemos utilizado en ese “su” demuestran nuestra uso diario equivocado del asunto: el obús no “posee” un peso, y no se trata, por lo tanto, de “su” peso. Hasta aquí nada que al lector le sorprenda.
Pesar es un verbo, una propiedad relacional, y no una propiedad esencial. Así pues, los objetos, pero también los sujetos (y aquí está el chiste) no poseen la interacción relacional que enunciamos con los verbos ni en su interior ni en ninguna parte: sencillamente, interactúan. Los verbos expresan conductas y las conductas, que son interacciones, no se sitúan en el interior del organismo, en una supueste mente, en una actividad mental, en un yo o en algún espíritu. Aún aceptemos o no la existencia de estos (no es el objeto discutir ahora esto), la conducta no es una propiedad esencial del sujeto sino una propiedad relacional, ya que dependerá siempre de una relación: no es posible saltar una valla sin una valla para saltar, al igual que no es posible demostrar envidia sin algo que envidiar. Considerar la conducta como algo que reside en el sujeto no tiene más sentido que confundir el peso con la masa. Al ver un organismo que se comporta de tal o cual manera tendemos a considerar que exterioriza una conducta que poseía en su interior ("es un envidioso y por eso envidia"), de la misma manera que cuando vemos un obús caer atribuimos su conducta (la de caer) a una propiedad interna del objeto, su peso.
Acaso alguno de los lectores se dirá: ¡pero puedo notar esas mariposas en el estómago cuando estoy enamorado!, o ¡he sentido ese ardor al odiar!, a lo cual le responderemos: ¿es que acaso no era aún así necesario alguien a quien amar para haber sentido esas mariposas?, ¿es que no había algo a lo que odiar que hacía encender ese llama?, ¿es que esas mariposas o ese ardor no son ya parte de la conducta?
Cometemos el mismo error que si, después de frotar una cerilla en el rascador de su caja y ver aparecer la llama en la punta del fósforo, afirmáramos que la llama se hallaba en el interior de la cerilla. A la pregunta: “¿dónde se hallaba la llama antes de frotar el fósforo contra el rascador, en la cerilla o en el rascador?” la respuesta correcta es: “ni en la una ni en el otro”. Pero la llama no se encontraba en el interior de la cerilla ni en el interior del rascador; la llama es la resultante de la interacción entre ambos. Asimismo, la conducta no es una propiedad esencial del organismo, sino una propiedad relacional; y es por ello que se expresa mediante un verbo, que designa acción, y no mediante un sustantivo. Una piedra no tiene peso (sustantivo); pesa (verbo). Un enamorado no tiene amor; ama. Un delincuente no tiene agresividad; agrede, aun aceptemos que exista predisposición genética o de cualquier otro tipo a la conducta agresiva. Explicar que alguien está triste porque llora, o enfadado porque grita, o que es envidioso porque envidia no nos informa sobre la causa de nada.
Y sin embargo, este deslizamiento gramatical desde el verbo hacia el sustantivo corresponde ni más ni menos que a ese proceso de sustantivación e hipostatización, tan corriente y habitual, que ni siquiera somos conscientes del abuso que todos cometemos de este día a día.
Ahora sí, pueden reírse fuerte si les hizo gracia.
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Extracto algo más que editado de la conferencia pronunciada por Esteve Freixa en la UNED (Madrid) en 2002 "¿Qué es Conducta?"
El secreto de ganar.
Es llevar muy buenas cartas.
Antes de barajar.
"El entierro de Genarín."
Julio Llamazares.
menéame