[c&p] La alimentación y el cuidado permanente del presidente de Estados Unidos es una industria integrada por cientos de empleados, financiada en buena parte por los contribuyentes y poco comprendida más allá de las puertas de la Avenida Pensilvania. Las cenas de Estado, las parrilladas que se ofrecen al Congreso y las fiestas navideñas para los cuerpos diplomáticos las pagan los contribuyentes, pero el presidente asume los costos de todos los alimentos que consumen su familia e invitados personales. (*)
Comentarios
(*) _ "Cuando el presidente sale de la Casa Blanca viaja dentro de una enorme esfera de seguridad, ya sea en la limusina blindada conocida internamente como “La Bestia”, en el avión presidencial –Air Force One– o permanece en alguna de las 600 u 800 habitaciones de hotel requeridas en cada escala durante un viaje al extranjero."
Una entrevista muy recomendable.
Me pregunto que a cuánto se cotizarían las memorias de un mayordomo de estos. Seguro que tienen "algo" interesante que contar, y no me refiero a asuntos de cama, que para saber de eso ya está el "diesminutos", sino a asuntos serios.