Hace 14 años | Por arkimia a blogs.publico.es
Publicado hace 14 años por arkimia a blogs.publico.es

Camps recurre al mito de “el paseíllo”, que todo lo justifica. Su intervención parlamentaria del jueves, característica del fascismo recalcitrante, no fue producto de un calentón: la aplaudieron enfáticamente los miembros de su grupo. La forma de arreglarlo es también sorprendente: “Pido disculpas por si he podido herir la sensibilidad de alguien”. No se retracta, sigue pensando que el deseo de su rival es asesinarle. Es lógico que se sienta liberado de la obligación de dar explicaciones por las evidencias que le señalan como corrupto.

Comentarios

D

Los libros de historia convertirán a Capms en un icono de la decadencia política. No es que ésta fuera perfecta antes de él, pero ha hecho patente la arbitrariedad del sistema político y judicial.

Lo que digo: un caso para ser estudiado. Me muero de ganas de que aparezca el libro que explique esta trama de mindundis.

Brill

Yo me muero de ganas de que alguien ruede la versión ibérica de "Casino" basándose en las andanzas de esta gentuza o la de Marbella.

Si la acabo rodando yo, me pido el plano del Miró sobre el jacuzzi.