"Esta reflexión me lleva al punto sistémico sobre el problema de la corrupción, para que alguien pueda convertir su partido político en una sucursal de correos hacen falta dos factores: que haya personas dispuestas a corromperse y que tengan la posibilidad de corromperse. Este segundo punto, que parece tan obvio, resulta completamente ajeno al debate actual, y es que, en el sistema actual es extremadamente sencillo corromperse porque no hay controles, no hay voluntad política, y con razón, si son ellos los primeros en enfangarse".
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El problema es que no lo devuelven.