Hace 17 años | Por gititi a elmundo.es
Publicado hace 17 años por gititi a elmundo.es

Su árido campo de juego no se riega nunca. Lo siegan tres veces al año para quitar la maleza donde se pierden las bolas. Tienen que “compartirlo” con hormigas y liebres, paseantes, y con “los vándalos de las motos que de noche destrozan el ‘green’”. Obreros de clase media que no pueden pagarse salir a un recorrido verde y cuidado, los jugadores de golf rústico disponen de 17 campos federados en España para practicar el “swing”. Magazine visita el club de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, cuyos 115 socios pagan 12 euros al mes por jugar