Publicado hace 14 años por eduardocatalan a anomiasocial.wordpress.com

Bajó del avión con su modesto equipaje y reventando de esperanzas. No planeaba volver, era un hecho. Tenía apuntado en su libretita verde el número telefónico de su amiga del colegio, el del chico de su barrio, el de la señora del trabajo… El corazón le iba a explotar…