En la publicidad actual los hombres no suelen tener problemas intestinales, exceptuando a José Coronado. Tampoco están preocupados por desayunar productos bajos en grasa. Los hombres no tienen que preguntarse a qué huelen las nubes, ni alarmarse por la cal en el lavabo, las manchas de chocolate de los niños, elegir la fragancia orgásmica de su champú o combatir las marcas de expresión.
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cristina.belda