No debe ser fácil asumirlo, pero es una realidad. Funciona como una atracción inexplicable. El por qué, no lo se. Será por la famosa curiosidad que mató al gato. Lo concreto es que si no hubiera puesto ese título, que inmortalizara el negro Fontanarrosa en un relato, difícilmente te hubieras enganchado a leer esta nota.
Comentarios
Más puto el que lo escribe