Los atentados producidos en Uganda el pasado domingo durante la final de la Copa Mundial de Fútbol fueron reivindicados por militantes de la organización armada somalí Al Shabab. Bajo esa denominación encontramos en realidad una pluralidad de grupos armados, de tendencias islamistas diversas y distintos clanes, que combaten un enemigo común: las fuerzas extranjeras (tropas etíopes o de la Unión Africana) y el Gobierno de Transición Federal, sin que exista un comando centralizado.
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"Sin embargo, los atentados han provocado la reacción opuesta del presidente Yoweri Museveni, quien gobierna Uganda desde 1986 y es un fiel aliado de los Estados Unidos. En un tono marcadamente belicista, el miércoles declaró lo siguiente: "Vamos a tomar la ofensiva e iremos a por todos los que hicieron esto en todas partes, comenzando aquí" (...) "Estábamos en Mogadiscio para vigilar el aeropuerto y el palacio presidencial, eso era todo. Ahora nos han provocado para que vayamos a por ellos. Solo estábamos relizando nuestro pequeño mandato... ahora tenemos un interés. Ha sido un gran error por su parte."
Debemos ayudar a esta gente.