En este momento, es bueno que los bancos quiebren, es bueno que las empresas quiebren, es bueno que los estados quiebren. Todos aquellos que prestaron, todas aquellos que facturaron, todos los que estaban metidos en el ajo se lleven su buen azote. Incluso si quiebra este modelo social del pelotazo nos haría ver lo duro que es ganarse un mendrugo de pan. Lo apreciaríamos más cuando lo tuviéramos y denunciaríamos al que nos lo roba o lo pone en riesgo.