Tradicionalmente el burro ha sido un animal con una gran carga simbólica negativa, destacando la de ser considerado torpe y falto de inteligencia. Llamar burro a un bibliotecario no deja de ser, por tanto, una grave acusación. Sin embargo es, desde hace un tiempo, la pura y santa verdad porque ahora algunos burros, los más famosos símbolos de la ignorancia, son, también, bibliotecarios. He aquí un ejemplo.

Comentarios

sunes

Me parece una iniciativa preciosa!