Sucedió como en una de sus canciones: apostó 10.000 al amor y ocurrió. Unos años antes, alrededor de 1998, pronunciar el nombre de Quique González en Madrid era como desvelar una clave secreta. "No siempre estoy dispuesto a vivir frenando en casi todas las curvas". Salían estas palabras de los altavoces, y en las pequeñas salas de fiestas, los adeptos a la secta se saludaban, pese a no...
Comentarios
Que se compre un payaso a ver si así es un poco menos triste...
Yo ya tengo las entradas para verlo en Coruña, y eso que aun falta