El incesante goteo de denuncias por corrupción que está sufriendo el Partido Popular durante los últimos meses ha llevado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a ordenar una de las medidas más estrambóticas, pero también una de las más divertidas y eficaces desde que estalló el caso Gurtel. La nueva consigna, que afectará directamente a las comunicaciones telefónicas entre sus diputados, ha sido calificada de poco elegante por el PSOE.