Hace 13 años | Por lmiguelribas a faada.org
Publicado hace 13 años por lmiguelribas a faada.org

Las apuestas en carreras de caballos mueve millones de euros por todo el mundo. Tras el aura de glamour y estatus, se encuentra un mundo donde los animales son obligados a entrenar hasta la extenuación y sacrificados cuando no rinden como se desea.

Comentarios

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Como ex-jinete que soy, no sé por dónde empezar a refutar tanto sensacionalismo. Para empezar, habla de carreras pero algunas fotos son de salto. El peso que se le pone a los potros encima es ínfimo. Los jinetes y las sillas, estribos y cinchas pesan muy poco y el potro sigue creciendo con normalidad. La proporción de caballos sacrificados en la pista anualmente es ínfima. En el entrenamiento diario no se exige a un caballo lo mismo que en carrera, y tienen tiempo para jugar y hacer tonterías; se les acaricia; se les habla y se les quiere. Cuando algún jinete pierde las formas con un caballo los demás le llamamos la atención. Al caballo le gusta su rutina, y los horarios se cumplen a rajatabla, llueva o nieve. La alimentación y la salud se cuidan al máximo, como también el herraje y la higiene. Los caballos de carreras viven contentos y se esfuerzan al máximo, como cualquier atleta, en carrera. Una vez terminan su vida en el hipódromo pueden correr cualquier suerte: eso no depende de la "industria". No se les sacrifica si no rinden. Lo que afirma el artículo es una BARBARIDAD, al menos en Espana. Podría seguir.