Se llama Elka, tiene cinco días de vida y su madre la ha abandonado. Por eso, los trabajadores del zoo de Sidney (Australia) donde nació se han convertido en sus progenitores. No es habitual que un primate rechace a su cría, aunque su peculiar color pelirrojo pudo provocar el abandono. Si ya lo decía el anuncio, los pelirrojos lo tienen más difícil :-)
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Dupe: Mamá no quería una hija pelirroja
Mamá no quería una hija pelirroja
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