Por mucho que las prospecciones estén previstas a diez kilómetros de la costa; por mucho que la plataforma semisumergible solo se utilizaría durante un mes y, por mucho que en caso de hallarse gas la extracción se haría a través de canalizaciones submarinas sin ningún tipo de impacto visual, la Costa del Sol volvió ayer a mostrar su rechazo a la exploración del litoral malagueño en busca de hidrocarburos después de conocer que el Gobierno no tiene intención de anular ninguno de los dos permisos concedidos para tal fin.
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Hay que sacar dinero de debajo de las piedras, aunque sea del fondo marino.