Publicado hace 11 años por pablicius a ecologie.blog.lemonde.fr

Solo el 1% de la basura doméstica sueca acaba en el vertedero. El 49% se incinera, lo que genera el 20% de la calefacción urbana, y electricidad para 250.000 hogares. Pero las incineradoras suecas son tan eficientes, y tienen tanta capacidad instalada, que necesitan más. Esto demuestra que la basura tiene un valor de mercado. Traducción completa en comentario 1.

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A FUERZA DE RECICLAR DEMASIADO, AHORA SUECIA TIENE QUE IMPORTAR BASURA

A Suecia le falta basura hasta el punto de tener que importarla de sus vecinos. Esta sorprendente información llega después una apuesta hecha desde años atrás en los paises industrializados. Es lo que ha anunciado Catarina Ostlund, consejera principal de la agencia sueca de protección medioambiental a una emisora de radio americana, declaraciones recogidas luego por Terra Eco.

El origen de la historia está en el gran éxito del reciclaje sueco. Solo el 1% de la basura doméstica sueca acaba en el vertedero, contra el 38% de la media europea, según las últimas cifras de Eurostat. En detalle, el 36% se recicla, el 14% se composta, y el 49% incinerado, lo que es la segunda tasa más alta de la UE tras Dinamarca (54%), y muy por delante de la media (22%).

Con incineradores cada vez más eficientes, llamados por la industria “centros de valorización energética”, esta combustión de basura genera energía suficiente para el 20% de la calefacción urbana del país (810.000 hogares) y la electricidad de 250.000 hogares, sobre un total de 4,6 millones.

Pero el problema, si que es que realmente lo es, es que la capacidad de incineración del pais es muy superior a la de los desechos producidos (2 millones de toneladas año). Para mantener las plantas en marcha, y evitar las pérdidas, Estocolmo ha empezado recientemente a importar basura europea, 800.000 toneladas / año, que provienen fundamentalmente de la vecina Noruega, donde los precios todavía elevados de incineración hacen más rentable el tratamiento en otro país.

Una prueba más de que cada vez más, la basura tiene un valor de mercado. “Valorizar los desechos en plantas con una importante eficacia energética es una apuesta con sentido en un mundo donde el precio de la energía no para de subir y donde nos podríamos enfrentar a una escasez de combustibles”, dice Catarina Ostlund. “De todas formas, también es importante que Suecia encuentre la forma de reducir la producción de desechos y aumentar el reciclaje. Pero a corto plazo, la valorización energética es una buena solución”.

La incineración a gran escala de desechos plantea la cuestión de las emisiones contaminantes. Según la agencia sueca de gestión de desechos, Suecia puso en marcha una reglamentación estricta de limitación de emisiones, consiguiendo así una reducción de alrededor del 90% desde mitad de los 1980. El cloruro de hidrógeno, un gas incoloro, tóxico, y altamente corrosivo, pasó de 8400 toneladas emitidas en 1985 a 60 tonelada en 2007. El óxido de azufre, responsable de la lluvia ácida, se ha reducido también considerablemente (196 frente a 3400), y también el plomo (51 contra 25000).

Los óxidos de nitrógeno, que tienen impacto en el efecto invernadero, la acidificación del aire, la lluvia y las aguas por el contrario se mantienen elevados (2100 contra 3400). Pero sobre todo, según el centro francés de información independiente sobre desechos “el instituto de vigilancia sanitario insiste en el hecho de que para medir los efectos de los incineradores que funcionan con las normas actuales, habrá que esperar un periodo de latencia de 5 a 10 años. No se descartan por tanto riesgos, y el refuerzo progresivo de las normas demuestra que no se puede garantizar la inocuidad de un proceso como la incineración , ya que implica múltiples reacciones químicas”.