Nos están convirtiendo en el México y la Centroamérica de la futura Unión Europea, un cómodo anexo geográfico a donde ir de vacaciones, comprar una segunda residencia en condiciones ventajosas donde montar las maquilas y fábricas que en el Norte no interesa tener. Y además nos han convencido de que hablar contra el proceso, tener un pensamiento diferente o plantear iniciativas distintas a las que imponen aquellos que nos han metido en esto es extremista, alarma innecesariamente, plantear fantasías, no es ser realista...
Comentarios
Dar de comer a los desnutridos es utópico.
Imaginar el fin del capitalismo es más difícil que imaginar el fin del mundo.