Un gijonés de 34 años, podía levitar y atravesar paredes. Sanaba a los enfermos, volvía fértiles a las mujeres estériles y hacía andar a los paralíticos. Creía en los beneficios de la poligamia y en el valor espiritual de la suciedad. En cierta ocasión había regresado de entre los muertos, tras estar clínicamente sin vida durante 20 minutos, para fundar una Iglesia
Comentarios
Lo mejor de la noticia son los comentarios que le siguen en El País, no os los perdáis. Hay un tío divertidísimo.
Crei que lo sabia todo sobre la estupidez humana y la religión.
Los asturianos somos gente emprendedora por naturaleza. Lo que veo aquí es mucha envidia y mucha inquina